viernes, 28 de febrero de 2014

¡Matricúlese oiga!

Aquí estamos otra vez apurando al máximo el mes para realizar un post; que conste que nos es deliberado, pero la cantidad de proyectos que realiza no da para actualizaciones más frecuentes. Quizá debería cambiar de tercio y dejar el diseño para el capítulo de hobbys.

Mientras eso sucede, hoy os traigo un flyer para promocionar un colegio.

Primera versión: simple hasta decir basta. Sin con esto conseguía que alguien se matriculara es porque ya venía decidio de casa. Colores planos, texto excesivamente grande y carente de información de vital importancia como pueden ser los teléfonos de contacto o la dirección (ná, detallitos). Quizá se eche de menos alguna que otra foto, además de la existente de esos niños que parece que levantan la mano porque alguien les ha peguntado: ¿Quién se quiere marchar de este flyer?

Vamos con el segundo participante.


Bueno, esencialmente la estructura es la misma, pero aquí los niños ya se han "mandado a mudar", las direcciones de los colegios aparecen claramente (igual demasiado) y se han añadido fotos ilustrativas de las instalaciones del centro que al fin y al cabo es lo que nos insteresa a todos. A pesar de los cambios, todavía se ve algo plano. Puede que alguien le dé una miradita mientas lo recoge de su parabrisas antes de tirarlo a la papelera más cercana (minuto de silencio por la efímera vida de un flyer).

Nos queda la puerta número tres que es la mejor; ¿por qué? Porque creo que es mejor empezar con lo peor e ir mejorando, pero vamos, que eso es una cuestión personal...



¡Hombreeeee! Esto ya es otra cosa. Adiós a ese color violeta extraño (que es uno de los colores del uniforme, yo ya me lo encontré). No por manido el recurso de imitación de hoja de libreta deja de ser efectivo. Al principio era de color amarillo, pero realmente esas libretas sólo se ven en las películas americanas, en las que por cierto solamente usan una de las caras. Aparecen como novedad partes del texto subrayadas como el nombre del centro, determinadas instalaciones deportivas y el carácter del centro. Pasamos de fotografías encajonas en cuadrados, a unos círculos que le dan al conjunto mucho más dinamismo. La información de contacto ha quedado, en la parte inferior izquierda, reducida a la mínima expresión. También tenemos a un niño que está más contento de aparecer por aquí y al que una estrella de 20 puntas amenaza con fagocitarlo.

Espero que hayáis disfrutado de esta evolución del flyer tan fascinante y os comento que ahora mismo estoy inmerso en la realización de otros dos: uno de mentira y otro que sí es para un local real, veremos a ver si mis habilidades me permiten sacarlo adelante o si por contra tendré que agachar la cabeza y reconocer que esto no es lo mío, ¡ains!...

¡Felices Carnavales a todos!